Cuando tomamos la decisión de arreglar nuestra vivienda, de invertir algo de dinero en ella, a veces nos entusiasmamos y en lugar de darle el mantenimiento adecuado, como el cambio de tuberías obsoletas, reparar los pasos y barandas de las escaleras, cambiar las llaves de agua que ya están goteando, arreglar esas filtraciones que persisten en el techo, o la humedad de la parte baja de las paredes, optamos más de las veces, por cambiar las cortinas porque ya no van con los cojines que acabamos de comprar, sacar a crédito ese juego de muebles que se ve imponente o colocar esa caída de agua que siempre quisimos para la terraza. Y eso, es un error.

Como todo en la vida, hay cosas necesarias y hay cosas deseables pero que no son urgentes. Que nuestra vivienda luzca bien, que en la próxima reunión familiar todos se fijen en ese cuadro imponente que además estaba en oferta, es lo que todos quisiéramos, pero tal vez estamos dejando de lado, ya que el dinero no abunda, las reparaciones que de no hacerse no sólo le quitarán prestancia a nuestra vivienda, sino que además contribuirán, en el tiempo, a su deterioro paulatino y sostenido que termine por devaluar el precio de nuestra propiedad. Y es que a veces confundimos las prioridades. Una consola enchapada en carey es fabulosa, se verá de película en la sala principal, pero si adquirirla implica no poder reparar esa filtración que persiste en el dormitorio y que, aunque por ahora sólo es una gran mancha marrón, dentro de un tiempo causará la caída del enlucido, probablemente un agujero bastante considerable y; Dios no lo quiera, el derrumbe de una parte del techo.

Ser propietario de una vivienda, implica tomar consciencia que lo primero, es conservarla en el tiempo, evitar a toda costa su deterioro y cumplida esta parte importante, añadirle valor. Pero cuando hablamos de revalorizarla no estamos hablando de “hermosearla” porque ese concepto es muy relativo. Lo que a ti te parece de ensueño a un posible futuro comprador puede parecerle un desatino, o lo que es peor, una tontería y allí pierdes. Darle valor a tu vivienda pasa por ampliar la zona techada, cambiar las ventanas de marco simple, por unas con marco de cajón con doble vidrio, colocar un sol y sombra en tu terraza, entre otras “mejoras”. CALIDAD DE VIDA, es vivir con comodidad, sin sobresaltos ni penurias. No es, en todo caso no es lo más importante, que tu vivienda se vea bonita. Si tienes dinero para mejorar tu vivienda, considera que mejorarla es, a parte de que se vea bien, sobre todo que “esté bien”. Tu sabes, realmente, en lo que debes invertir.