
Al adquirir una Vivienda es importante tener muy claro el uso que se le va a dar. ¿Es para vivir con mi familia, o es para obtener una renta adicional? Si va a ser mi vivienda familiar, la decisión final va a ser un acuerdo de toda la familia, en el que tiene mucho que ver nuestro estilo de vida, nuestro posicionamiento social, nuestras costumbres, la edad de quienes conformamos la familia; lo que nos lleva a revisar la ubicación, el entorno, si será una vivienda independiente o un departamento, si va a ser temporal, por estudios o cercanía al trabajo, entre otras muchas variables. Pero si es para obtener una renta, tengo que asegurarme que la ubicación, el entorno, la cercanía a centros comerciales y de diversión, así como a avenidas importantes, además de facilidades de áreas y servicios comunes, sean las mejores, que permitan hacer muy atractiva mi oferta, cuando la quiera alquilar.
Hay, sin embargo, una serie de cualidades y de características particulares de las viviendas, que al margen del uso que le vayamos a dar, deben estar presentes sí o sí, a la hora de tomar la decisión.
El precio, por ejemplo. Normalmente una casa promedio, con varios años de construida, siempre tendrá un precio menor que un departamento en edificio y mucho menor que una vivienda independiente recién construida.
La ubicación, es otro factor. Las viviendas ya construidas, normalmente, están dentro de zonas ya consolidadas, que no admiten sorpresas y las nuevas, normalmente, pertenecen a condominios o edificios multifamiliares, cuyos entornos no han terminado de definirse, salvo que sea un Proyecto realizado sobre un terreno que corresponde a una casa antigua que ha sido demolida para construir.
La seguridad, otro factor muy importante. Una vivienda independiente o un departamento ya usados, corresponden a antiguos proyectos que no tomaron en cuenta una serie de aspectos constructivos y de equipamiento de seguridad que la modernidad y la forma de vida actual sí exigen.
El estado de conservación es un factor que se explica solo. Evidentemente, una vivienda usada puede presentar, según los años de construida, salvo que se hayan realizado remodelaciones y actualizaciones, problemas serios en las redes de agua y alcantarillado, así como en la parte eléctrica, lo que no debería suceder, en principio, en una vivienda recién construida.
Las áreas comunes y atractivos sociales, que no existen en los diseños antiguos, sí están presentes en los nuevas.
Aquí ya cabe hacer la salvedad de la gran diferencia entre adquirir una vivienda independiente y una vivienda en condominio o edificio. Y lo haremos con un ejemplo puntual. Si yo tuviera, realmente, el dinero o la capacidad de financiación necesaria, me compraría una vivienda antigua como terreno, diseñaría el mejor proyecto de mi vida y la construiría yo mismo y luego decidiría si la habito o la alquilo. Pero eso no es lo normal. Entonces, lo importante es saber cuánto tengo, cuánto puedo obtener con un crédito hipotecario y si mis ingresos me van a permitir pagar las cuotas de dicho préstamo, con facilidad, o al menos sin apremio.
En este punto se debe señalar algunos detalles importantes: Es mucho más fácil conseguir un crédito hipotecario para una vivienda nueva que para una usada, la rentabilidad o beneficio económico que se puede recibir de la compra de una vivienda, será mayor si la vivienda es nueva y, finalmente, su mantenimiento será mucho menor en el caso de la nueva.
Podemos determinar infinidad de cosas favorables y cosas negativas al analizar la disyuntiva: Nueva o Usada. No existe una norma que se cumpla en todos los casos, así que sería mejor apuntar, salvo evidentes excepciones, a la adquisición de una vivienda nueva, que en estos tiempos es un DEPA.
El precio de un departamento nuevo, por elevado que inicialmente parezca y siempre que la elección fuera la correcta, seguirá revalorizándose en el tiempo, por los beneficios del diseño moderno empleado, sus materiales y acabados. Su riesgo de fallas constructivas será mucho menor y su costo de mantenimiento, también. La seguridad que brindan las nuevas instalaciones, equipamiento incluido, es definitivamente mayor, en los depas nuevos.
La recomendación final es que elijas el que consideres y creas firmemente, que es el mejor departamento que puedes pagar, que es cómodo, que cuenta con la distribución interna que requerías, que su ubicación es excelente y que el entorno es inmejorable. No te guíes por ofertas, por remates, que no siempre constituyen la mejor elección. No tengas reparo en preguntar, asesorarte, conversar con la familia, recuerda que es una gran inversión la que vas a realizar y un enorme sacrificio el cubrir su costo. Ten presente, en todo momento, que el Depa que elijas es para tu BIENESTAR INMOBILIARIO y el de tu familia, incluso, en el caso de esa segunda propiedad que adquieres para obtener una renta.
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